lunes, 18 de mayo de 2015

Exclusivo: Carta de Docentes entregada al Ministro de Educación en protesta del 12 de mayo por aumento de salarios




Caracas, 12 de mayo de 2015

Ciudadano:
Abogado Héctor Rodríguez
Ministro del Poder Popular para la Educación
Su despacho.-


            Nosotros, educadores venezolanos activos, pensionados y jubilados nos dirigimos por ante su competente autoridad como máximo representante del Estado para la educación de nuestro país, en función de expresarle nuestra preocupación por el grave deterioro de nuestras condiciones de vida, como consecuencia del alto costo de la vida, la inflación, la devaluación de nuestro signo monetario, sumado a una desmesurada especulación que como trabajadores asalariados e hijos del pueblo somos quienes más sufrimos las peores consecuencias de esta situación económica que derrumban los ingresos personales y familiares, pues vuelven sal y agua los insuficientes sueldos y salarios devengados.
Carta recibida en el MPPE en protesta
el 12 de mayo 2015
            Los maestros venezolanos históricamente nunca hemos estado bien remunerados. De esto tenemos plena conciencia. El Estado y la sociedad parecieran no asignarle el justo valor a la primera de todas las profesiones como lo es la docencia, pese a ser el maestro quien forma la conciencia nacional del país al enseñarle a nuestros niños y jóvenes el sentido de pertenencia a una patria, a unos símbolos,  a una historia común y colectiva. Es tan noble y entregado el maestro a la causa social de la educación, que no repara en invertir parte de su menguado sueldo en recursos y materiales requeridos por sus alumnos. Esta realidad no la pregona el maestro, asume su trabajo casi como un apostolado y para paliar su precaria situación económica se endeuda,  vende en su tiempo libre cualquier mercadería y en general busca alternativas para completar el sustento familiar.
            El maestro, con el sueldo que actualmente devenga, no tiene ninguna posibilidad de adquirir una vivienda digna, pues los créditos del Ipasme son simbólicos y no son alternativa frente a la realidad del mercado de la vivienda. Pero tampoco tiene posibilidad de comprar un vehículo para movilizarse a su centro de trabajo. No puede cubrir alguna operación de emergencia o programada, pues los costos de salud en Venezuela son inalcanzables y el seguro de HCM de 50.000 Bs no cubre casi ninguna eventualidad médica y la mayoría de las veces las clínicas no lo atienden porque alegan falta de pago de parte del MPPE.  El docente debe apelar a la solidaridad familiar y de amistades para poder enfrentar cualquier emergencia de salud importante. Esto es una realidad innegable.
            A pesar que nuestra Constitución Bolivariana establece en sus artículos 91 y 104, que como trabajadores tenemos derecho a percibir un suficiente salario, sueldo o asignación de acuerdo a la elevada misión de nuestra profesión que nos permita vivir con dignidad, la realidad es que lo percibido no nos alcanza ni siquiera para cubrir el costo de la Canasta Básica. Tenemos los sueldos más bajos de la administración pública. Los tabuladores y tablas que regularmente son actualizados, dan cuenta de una realidad incomprensible. Los obreros no calificados, calificados, los bachilleres, técnicos superiores y profesionales universitarios, todos sin excepción devengan sueldos y salarios superiores a los docentes venezolanos.  ¿Qué justicia social se puede invocar cuando un maestro es discriminado salarialmente de esta manera? No se puede alegar que nos regimos por una ley especial y por una convención colectiva para justificar esta evidente y contradictoria discriminación, que además está prohibida por la misma Constitución Nacional.
            ¿Cómo valoramos al maestro si el Estado y la sociedad no le reconocen un justo sueldo para que viva dignamente? Un salario mínimo para remunerar a una mayoría de educadores venezolanos no es justicia social. No puede un maestro vivir con decoro con menos de 30 dólares mensuales en una economía donde casi todos los precios están calculados en dólares pero que debemos comprarlos a bolívares devaluados. Es esta la realidad que vivimos  Sr. Ministro y expresarla es un deber nuestro para que Ud. analice debidamente estas notas y actué en consecuencia a favor de los maestros venezolanos y se haga justicia social. No es Ud. El responsable de la situación que acá describimos, pero tiene Ud. en sus manos la posibilidad de ayudar a cambiar en parte esta realidad.
Parte de las firmas de los docentes que participaron
en la protesta del 12 de mayo 2015
y suscribieron la carta al Ministro de Educación
            Nosotros le solicitamos responsablemente, en atención a lo expuesto, sus buenos oficios para que gestione urgentemente un Aumento General Decente y Digno de Sueldos para el Magisterio Venezolano para poder paliar o enfrentar el alto costo de la vida que nos afecta gravemente. Solicitamos igualmente sean canceladas la totalidad de las Prestaciones Sociales calculadas correctamente de acuerdo al principio de Retroactividad y por el último salario. Sean reconsiderados y canceladas las diferencias de las prestaciones canceladas incompletas a miles de docentes venezolanos el pasado mes de diciembre 2014, igualmente la cancelación de los intereses de mora y fideicomiso aún adeudados a todos los docentes jubilados.
            Por la urgencia del caso, una vez aumentado el sueldo de todos los educadores venezolanos, es menester adelantar las negociaciones de la Convención Colectiva para sincerar el Seguro de HCM a la realidad de los costos de salud actuales y el resto de las cláusulas sociales, económicas y el tabulador salarial.

            Atentamente,
Educadores venezolanos activos y jubilados presentes en la actividad realizada el día de hoy 12 de mayo de 2015 frente a la sede de su despacho





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