miércoles, 28 de diciembre de 2016

A quién beneficia realmente el régimen chavista (Cifras)

Hace pocos días las redes sociales "rompieron el celofán" -como dicen en el mundo periodístico- con la noticia de una supuesta intervención de Banesco. La noticia vino aderezada de propaganda contra el Comunismo y el Socialismo que supuestamente se vive Venezuela. En realidad, la noticia era que el TSJ había decidido sobre una demanda del Municipio San Francisco del estado Zulia contra dicha entidad financiera. La decisión del “máximo tribunal” (en realidad una oficina de asuntos jurídicos del Psuv) consistía en que la entidad bancaria debe pagar una multa que para muchos era exorbitante: más de siete millones y medio de dólares. En la sentencia ni siquiera se especifica que la multa sea en dólares y no en moneda de curso legal, el bolívar, desaparecido del mercado gracias al #CorralitoChavista aplicado por Nicolás Maduro, supuestamente para “acabar con las mafias colombianas”. Quedé intrigado con la cifra de la multa, por lo cual procedí a investigar sobre las condiciones en que se encuentra ese banco, cuyo dueño dijo hace unos años, a propósito de sus grandes ganancias: "Si esto es socialismo, yo soy socialista". 

La investigación arrojó datos bien interesantes que dan cuenta de los verdaderos beneficiarios de la política económica del chavismo desde el punto de vista de clase. Contrario de lo que muchos creen, tanto opositores como oficialistas. Nos encontramos entonces con que Banesco, en el mes de junio de 2016 ocupó el primer lugar de los bancos privados con más ganancias, según la web especializada en finanzas www.bancaynegocios.com, como se desprende del siguiente cuadro que pueden ver aquí: Ranking de la banca privada en junio 2016
Comparando la banca pública con la privada, Banesco ocupó, en el mismo mes de junio de 2016, el segundo lugar de entidades financieras con más ganancias del país, como se evidencia a continuación: Banca privada versus banca pública junio 2016

En el mes de noviembre del presente año, Banesco ocupó el primer lugar del ranking bancario. Obtuvo ganancias de 8.911.793 bolívares, por encima del Banco de Venezuela, que ocupó el segundo lugar, al obtener ganancias, ese mismo mes, de 6.650.375 bolívares. Revisando con detenimiento el ranking bancario que publica la firma Aristimuño, Herrera y Asociados, y comparando las ganancias de Banesco de noviembre de 2015 con las obtenidas en noviembre de 2016, encontramos que esta entidad financiera las incrementó en 22.100.614 bolívares, al pasar de 18.935.230 en el 2015 a 41.035.844 bolívares en el año 2016. Esto es un incremento del 216,71 % en apenas un año. 

Se evidencia que Banesco sigue obteniendo un lugar privilegiado en el ranking bancario venezolano. Lo cual significa que esta entidad le ha ido muy bien durante estos años de chavismo, pues ha desplazado a entidades financieras con mucho más tiempo en el país y que en 2010 ocupó el primer lugar de bancos con más ganancias. Nos referimos al BBVA Banco Provincial (ver). Esta misma entidad financiera fue la que financió la campaña de Hugo Chávez en 1998.

Estos datos que estamos citando y que cualquier lector puede verificar en internet, nos dicen que la clase social que ha obtenido mayores beneficiarios de la política económica del chavismo es la Oligarquía Financiera, que ha incrementado sus ganancias como ningún sector social en Venezuela. Así lo afirma incluso el economista César Aristimuño: “El sector financiero es el que, por lejos, más ha crecido en Venezuela en los últimos años. En 2012, las instituciones financieras y seguros crecieron 33,5% frente a un PIB que ascendió 5,6%. En 2013, mientras el PIB se expandió apenas 1,3% el sector financiero creció 21,6%. Entre enero y septiembre del 2014, mientras el Producto Interno Bruto cayó 2,3%, el rubro “Instituciones financieras y Seguros” creció 13,2% con relación al mismo período de 2013” (ver).

¿Puede algún otro sector social presentar estas mismas cifras? Pues no. Mientras que la oligarquía financiera obtiene las ganancias como las referidas y tiene un crecimiento como el citado, los trabajadores de la administración pública aún siguen exigiendo el pago por concepto de aumento de salario mínimo decretado unilateralmente por la dictadura haces unos meses; las universidades siguen exigiendo, como lo ha hecho desde 1958, presupuesto justo; los obreros de Sidor permanentemente deben movilizarse por sus reivindicaciones laborales y por la firma de contratos colectivos; a los docentes del Ministerio de Educación le quitan reivindicaciones establecidas en la contratación colectiva, vendida por el Gobierno dictatorial de Maduro con bombos y platillos.

Mientras los trabajadores, quienes crean la riqueza nacional con el sudor de su frente, deben hacer largas colas para ver si pueden adquirir algo de comida con un salario que se lo traga el constante incremento de precios, deben comprar inyectadoras (que no se encuentran y si se encuentran salen muy caras) para que le pongan una medicina en un hospital público, mientras nuestros niños y jóvenes en los barrios desertan del sistema educativo para incorporarse al “bachaquerismo” y así poder contribuir al mantenimiento de sus familias, mientras Venezuela toda se empobrece, el sector bancario obtuvo en el último año ganancias de 96.775.731, es decir, un incremento de 178,74%. (ver cuadro anterior).

Desde 1998 hemos venido diciendo que este régimen es una estafa, que no es socialista, ni revolucionario y mucho menos comunista. Que asistimos a una burda manipulación, una operación política orquestada para engañar a un pueblo que anhela un cambio real y profundo y no un “quítate tú pa´ ponerme yo”, como lo hemos estado viendo en los últimos meses en Venezuela. Hay que ver los hechos y las cifras reales, no el discurso ni la “fraseología” engañosa de las mafias que gobiernan.

Recuerdo a un embajador estadounidense destacado en Venezuela por el entonces presidente Bill Clinton, quien decía, palabras más, palabras menos, lo siguiente: “no vean lo que dice el Gobierno de Venezuela. Vean lo que hace”. Lo decía en un contexto en el que las empresas petroleras gringas obtenían grandes y jugosas ganancias producto de las “empresas mixtas” en el área petrolera, un eufemismo para entregar nuestra industria petrolera a intereses extranjeros. Pues bien, los invito a analizar concienzudamente las acciones de la dictadura de Maduro, no lo discursos, porque “lo esencial es invisible a los ojos” y este régimen es, esencialmente hablando, un régimen “socialista de palabra, pero capitalista en los hechos", como diría Lenin.

René Cedillo Rojas
@ReneCedilloR

lunes, 14 de noviembre de 2016

La postración dialogante

Cuando planteamos que solo con  la presión popular se lograría el cambio en el 2016 lo hicimos conscientes de que en la cúpula de la MUD predominaba el colaboracionismo. Los acuerdos que los venezolanos conocimos ayer 13 de noviembre de 2016, y que son producto de la segunda reunión plenaria de la mesa de diálogo entre la cúpula de la MUD y la cúpula representante de las mafias que gobiernan el país, evidencian que se busca un pacto de élites para que no haya ningún cambio político de forma inmediata, como lo demanda más del 80% de la población venezolana.

De esta forma, la cúpula de la MUD cohonesta políticamente todo el discurso gubernamental sobre la "guerra económica" cuando en unos de los puntos del acuerdo de marras se habla de "combatir toda forma de sabotaje y boicot a la economía venezolana". Es decir, la crisis económica que vive el país no es producto de la destrucción del aparato productivo que ha ejecutado el chavismo durante 17 años debido a una política económica de carácter antinacional, sino del sabotaje. Un sabotaje que, según el discurso de la dictadura madurista, ha ejecutado justamente la cúpula de la MUD que firma ese acuerdo. Asistimos entonces a la postración de la cúpula de la MUD ante la dictadura.

Días antes de la segunda reunión de las cúpulas, escuchamos al Secretario Ejecutivo de la MUD diciendo que "se acabó la tregua". Pues esa supuesta "tregua" duró muy poco o no existió, ya que tras bastidores, que es donde se está realizando el verdadero diálogo y la negociación cupular, se acordó (lo vemos en los hechos) que no habría más movilizaciones de verdadera presión convocadas por la MUD; que a cambio de ello se liberarían a algunos presos políticos (aunque Carlos Ocariz prefirió llamarlos detenidos para no molestar a la dictadura) y se repetirían las elecciones en Amazonas (o sea, se acepta que hubo fraude, como lo ha dicho el PSUV).

También se aceptó la acusación de que la MUD y la población venezolana, que se oponen mayoritariamente a esta dictadura, son las responsables de la crisis económica y la destrucción del aparato productivo. Se aceptó un hipócrita llamado a la paz leído justamente por un fascista de marca mayor como Jorge Rodríguez, el mismo que dirigió el asalto a la Asamblea Nacional. Otra cosa que aceptó la cúpula de la MUD fue que la Asamblea Nacional incurrió en desacato, tal y como lo decidió la oficina de asuntos jurídicos del PSUV, el TSJ.

Distintos voceros de la cúpula de la MUD (nótese que venimos hablando del G4, es decir, de la cúpula, no de la MUD como instancia unitaria) ha dicho que la "estrategia" que han definido no niega las acciones de calle como "complemento" del diálogo. Pues desde que la cúpula de la MUD acudió al llamado de la dictadura a dialogar no se ha convocado a ninguna manifestación popular, a pesar de que varios partidos dentro y fuera de la MUD, asi como distintos sectores sociales, han manifestado la necesidad de que se retome la agenda de calle para lograr lo principal: que el cambio urgente sea en 2016 a través del referendo revocatorio. Solo hemos visto al movimiento estudiantil convocando a movilizaciones de calle con 3 exigencias: libertad de presos políticos, salida electoral a la crisis y ayuda humanitaria.

La actitud de la cúpula de la MUD se llama postración. No hay otra forma de llamar a todo esto que acabamos de describir. Una postración dialogante en la cual no se plantean perspectivas de cambio político. Una postración dialogante en la cual se da un frenazo a la presión popular.

Y muchos se preguntarán qué hacer. En primer lugar construir una nueva dirección política, amplia, realmente unitaria e incluyente. En segundo lugar, que dicha dirección política se dote de una estrategia en la cual el principal mecanismo de lucha contra la dictadura sea la presión popular en la calle, sostenida, sistemática, contundente, que logre poner contra la pared a la dictadura para arrancarle lo que ha secuestrado: el derecho al voto, el derecho a revocar en el 2016, establecido en la Constitución. En tercer lugar, es necesario  articular las luchas sociales con la lucha por el cambio político. Luchar por mejorar las condiciones de vida de la población es urgente. Hay que arrancarle a la dictadura conquistas reivindicativas como: aumento salarial, presupuesto justo para la educación y la salud, entre otras exigencias.


El único lenguaje que una dictadura entiende es el de un pueblo movilizado, dirigido por un liderazgo que represente sus intereses y los del país en su conjunto.  La historia de Venezuela y el mundo está llena de ejemplos donde el protagonismo popular ha logrado derribar férreas dictaduras.  A diferencia de los voceros de la cúpula de la MUD y de la dictadura, que desconfían de la capacidad del pueblo de salir de regímenes autoritarios y dictatoriales, estamos convencidos de que solo con la presión popular se logrará el cambio urgente que anhela y necesita nuestro país. En eso estamos comprometidos.

René Cedillo
@ReneCedilloR

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Un salvavidas para los poderosos

Seguramente el lector, al leer el título de este artículo, pensará que hablaremos de la serie televisiva estadounidense de los años 90 Baywhatch, donde los protagonistas se dedicaban a salvar vidas en las playas de Santa Mónica, California. Pues no. Hablaremos sobre algo menos banal y más trascendental para el pueblo venezolano: el diálogo.

No estamos en contra de que en política se dialogue. Es algo natural que eso pase. Nuestra experiencia como dirigente estudiantil en los años 80, como dirigente sindical y político en los últimos años nos dice que el diálogo es inherente al quehacer político. Y el diálogo en general es un mecanismo utilizado en determinados momentos y por determinados actores, de acuerdo a las circunstancias, de acuerdo a un contexto en específico.

El diálogo, como tal, se instrumenta en virtud de una correlación de fuerzas. No es lo mismo plantear el diálogo en circunstancias de debilidad frente al adversario, que proponerlo en momentos de desarrollo de una ofensiva política que acumula una fuerza material capaz de cambiar lo establecido. Analicemos tres momentos en que se ha planteado el diálogo en Venezuela. 

En Venezuela, cada vez que hay una ofensiva política de calle de la oposición, el Gobierno grita ¡diálogo! Lo hizo después del 11 abril de 2002 con un crucifijo en la mano, cuando la plutocracia criolla, encabezada por Carmona Estanga, traicionó una hermosa y valiente insurrección democrática. Lo hizo entre diciembre de 2002 y febrero de 2003, en medio de lo que se conoció como “Paro Petrolero” (una huelga general de carácter insurreccional mal dirigida, pero eso es harina de otro costal), en la mesa de diálogo promovida por Lula Da Silva y el “Grupo de Amigos de Venezuela”. Vemos en este caso, que un defensor del Gobierno venezolano le hace el trabajo al régimen y pide diálogo, para evitar mostrarse como débil ante la ofensiva política opositora. Incluso antes de ese paro ya estaba instalada la Mesa de Negociación y Acuerdos auspiciada por la OEA y el Centro Carter. Fueron meses de negociación, de diálogo entre representantes opositores y el Gobierno de Chávez. ¿Quién salió ganando de ese diálogo?: el régimen encabezado por Hugo Chávez. 

Estos diálogos sirvieron al régimen para ganar tiempo, recuperarse política y económicamente. Le dio tiempo al Gobierno despótico de Chávez (nótese que no lo caracterizamos en aquel momento como una dictadura), que le sirvió para preparar toda una ofensiva, orientada a mantenerse en el poder a propósito del Referendo Revocatorio del año 2004. Dicha ofensiva, que resultó efectiva, dio como resultado lo que conocemos como las misiones. Esta política social llamada Misiones, acompañada de toda una ofensiva propagandística y financiera, fue la base para la campaña en favor del NO en el revocatorio de 2004, ganado por Hugo Chávez. 

Asistimos entonces a una clara estrategia política del régimen: ante la movilización democrática y popular del pueblo, el régimen pide diálogo para salvarse. Sin temor a equivocarnos, afirmamos que el diálogo entonces se convirtió en el reiterado salvavidas del régimen. 

Veamos otro momento político y su relación con el diálogo. En febrero de 2014 los jóvenes venezolanos dieron muestra, una vez más, de su disposición a luchar por un verdadero cambio en Venezuela. Dicha disposición se expresó con movilizaciones de calle en todo el país. Inicialmente estudiantiles y juveniles. Pero poco a poco se fueron incorporando vastos sectores sociales, convirtiéndose las movilizaciones en claras manifestaciones democráticas y populares que exigían un verdadero cambio a la situación de miseria, de hambre, de delincuencia, al abuso de poder de parte del Gobierno de Maduro. Importante agregar que buena parte de esas movilizaciones fueron acordadas en Asambleas Ciudadanas que se llevaron a cabo en todo el país. Resalta que esta ofensiva democrática fue asumida por una parte de la oposición y fue satanizada por la cúpula de la MUD. La respuesta del régimen fue la brutal represión. El saldo: alrededor de 40 manifestantes asesinados, cientos de heridos y miles de presos políticos. Lo que algunos llamamos#LaRebeliónDelPueblo y los medios popularizaron como #LaSalida, fue una gesta heroica que la dictadura reprimió de forma brutal y contó con “aliados” opositores, al acudir éstos raudos nuevamente a un "diálogo" en el propio Palacio de Miraflores.

Como toda dictadura, el cinismo fue elocuente y mientras Maduro ordenaba reprimir y encarcelar a opositores a través de la GNB, la PNB y los colectivos fascistas, llamaba igual al diálogo y a la paz. Nuevamente el Salvavidas es utilizado por los de arriba. Ante una ofensiva de masas, de calle, con una disposición a la lucha de parte del pueblo que exige un cambio profundo y de raíz del actual estado de cosas, la dictadura madurista gritó ¡Diálogo! Y desde la cúpula de la MUD le lanzan nuevamente el Salvavidas. Resultado en 2014: tiempo para que la dictadura se mantuviera estable en el poder, más penuria para el pueblo que sufre la peor crisis económica y política de su historia, presos políticos, asesinados, perseguidos y exiliados.

Llega 2016 y el pueblo mantiene intacto su espíritu y disposición de cambio. Esperanzado en el revocatorio como mecanismo constitucional, democrático y pacífico para salir del actual Gobierno, salta todos los obstáculos para lograr esta meta. Demuestra en la calle y de forma contundente, masiva y democrática, que quiere salir de la dictadura de Maduro. La mejor demostración se da el 1° de septiembre, cuando más de un millón de personas, otra vez, plena las principales autopistas de Caracas. Con la toma de la ciudad capital se evidenció de nuevo el rechazo a la dictadura madurista. La ofensiva de calle se repite el 26 de octubre pero con la Toma de Venezuela. En todo el país el pueblo salió a las calles de las principales ciudades del país en clara demostración al mundo su deseo de un cambio urgente.

Durante todo el año 2016 la dictadura viene gritando ¡diálogo! Sabe que esta vez también será su salvavidas. Sabe que necesita tiempo para que llegue el auxilio internacional de los imperialismos (gringo, ruso, chino) que se disputan a Venezuela como botín. Es lo que ha prometido a la oligarquía internacional. Y para el mejor reparto, necesita un salvavidas que le ha dado resultado: el ¡diálogo! 

Este nuevo grito vuelve a tener eco en la cúpula de la MUD. El mismo eco se repite. De pronto, en esta instancia opositora se apagó la exigencia del revocatorio. Se le dio un frenazo a las movilizaciones populares. Se frenó al pueblo en su disposición de insurgir definitivamente contra este estado de cosas e instaurar una verdadera democracia. 

Nótese que cuando ha aparecido la palabra diálogo en el escenario político venezolano de los últimos años, viene de parte del régimen este llamado de auxilio, y lo hace cuando es clara y contundente la presión popular, democrática y combativa del pueblo. No lo hace en otras circunstancias. Lo hace cuando un pueblo en la calle muestra su disposición de lograr la superación positiva del actual régimen. Sabe bien la dictadura del clima preinsurrecional existente y del poco apoyo que tiene del pueblo. 

Pero en sectores de la oposición (casualmente casi los mismos actores que son parte de la cúpula de la MUD) “aceptan” el diálogo que suplica el régimen para salvarse. Desecha esta cúpula, como otras veces, el protagonismo popular, que es en definitiva el que ha dado resultado efectivo a la hora de impulsar los cambios. 

Reflejan un claro temor a la fuerza, al poder, a la capacidad que tiene el pueblo de lograr el cambio político que anhela y merece Venezuela. Creen más en su “capacidad” de negociación, que tiene a ojos vista, un tufo a colaboracionismo. Define esta cúpula una estrategia inconexa, sin ilación, incoherente, sin valoración de los distintos frentes de lucha y sin buscar una amplia articulación de fuerzas políticas, sociales, gremiales, sindicales, comunitarias, más allá de los “predestinados” partidos decisorios llamados G4. Obvia el llamado que distintos sectores han hecho de construir una Unidad Superior. 

Asistimos hoy, nuevamente, a un diálogo apaciguador. Parte de una estrategia política colaboracionista que no responde al interés de lograr un cambio profundo. Una estrategia política cuyo pivote ha sido la pelea por el hegemonismo en la lucha por las candidaturas presidenciales adelantadas, olvidando el papel protagónico del pueblo organizado. 

Ante estas circunstancias, ante el diálogo apaciguador y colaboracionista, urge una dirección política operativa, calificada, ágil y capaz, que sea reconocida por su temple y seriedad, que realmente quiera la salida de la dictadura y no su continuación, que esté consustanciada con los intereses nacionales, democráticos y populares de la mayoría de la población venezolana. Esta dirección política no puede constituirse bajo el criterio de la suposición de una “potencial” fuerza electoral, sino sobre la base de su autoridad política y la capacidad de conducir este torrente popular de cambio hacia la victoria. 

Es momento entonces de definir con quién se está en la lucha. Con los de arriba o con los de abajo. Nosotros nos ponemos, como siempre, del lado de los intereses de los trabajadores, de los explotados y de los que quieren un cambio urgente, de las mayorías. Vamos a luchar con los de abajo. Con el pueblo llano y sencillo. Porque de él depende la salvación de Venezuela. Porque el pueblo es el verdadero y real salvavidas de la patria.


René Cedillo
@ReneCedilloR

domingo, 25 de septiembre de 2016

La Sociedad Civil convertirá el 20% en una gran rebelión electoral

Una Rebelión Electoral será  la recolección del
20% del padrón electoral
Nota: Esta declaración fue expuesta en rueda de prensa realizada hoy domingo 25 de septiembre, de la que fueron voceros por las ONGS que abajo suscriben Francisco Kiko Bautista (del Foro Cambio Democrático), Ana Rosario Contreras (del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital), y Pedro Arturo Moreno (del Comité Ejecutivo de la CTV)



"Normas" del CNE establecen que será luego de la recolección de firmas que éstas se cuantificarán "nacionalmente"

Las organizaciones de la sociedad civil que suscriben, reunidas este sábado 24, debatimos la actual coyuntura nacional y acordamos dirigirnos al país para expresar lo siguiente:

1. Defendemos como valor esencial la unidad de todos los demócratas.

2. Luchamos por la defensa del voto y de la participación ciudadana como instrumentos fundamentales de la democracia.

3. Compartimos la ruta democrática, esto es, pacífica, civil, electoral, apegada a la Constitución, para producir el cambio político urgente que Venezuela requiere.

4. El referendo revocatorio, que es patrimonio de todos los venezolanos, es un componente básico de esa ruta democrática. Y en el marco de un estado general de inflación, escasez, desabastecimiento, inseguridad, pobreza, hambre, crisis de los servicios, etc., se trata de un derecho ciudadano esencial para provocar el cambio democrático que Venezuela requiere.

5. No existe ninguna duda, ni en la Constitución ni en las "Normas" de los referendos revocatorios aprobadas por el CNE, en cuanto a que el 20 % de voluntades para activar un revocatorio presidencial debe ser cuantificado nacionalmente y no por estados:

  • El boletín de prensa del CNE dando cuenta de la ultima reunión de su Directorio así lo reconoce cuando dice en su punto 1 que el corte del Registro Electoral que aplicará será de 19.465.638 electores y que su 20% son 3.893.128 electores.

  • Y los artículos 28 y 29 de las "Normas" establecen que será luego de la recolección de las firmas cuando "la Junta Nacional Electoral verificará y cuantificará dichas manifestaciones" y que si "el número de manifestaciones de voluntad es igual o mayor al veinte por ciento (20 %) de los electores inscritos en el Registro Electoral de la circunscripción de que se trate (...) el CNE declarará procedente la solicitud de referendo revocatorio".

Cualquier decisión contraria sería inconstitucional y violatoria de la normativa vigente sancionada por el mismo CNE.

6. Invitamos a todos los demócratas a participar bajo protesta en la recolección del 20 % de manifestaciones de voluntad y en el referendo revocatorio que tendrá lugar. Esa jornada debe convertirse en una gran rebelión electoral, una movilización ciudadana por la participación, el derecho al voto y la democracia. Proponemos que simultánea y paralelamente al proceso oficial se realice una segunda recolección de firmas de modo de dejar testimonio físico de la imposibilidad de muchos de asentar su voluntad por la convocatoria del referendo revocatorio y dar valor a la movilización de todos. Proponemos igualmente instrumentar formas adecuadas (incluso on line) para que los venezolanos en el exterior hagan lo propio.

7. Sugerimos al equipo de enlace que participará en la Mesa Técnica con el CNE que se exija:
  • Que las mesas no cierren el último día mientras haya electores en cola.
  • Incrementar las máquinas al menos a la misma cantidad que se utilizó en el revocatorio de 2004: 11.000 cuando había mucho menos votantes.
  • Reubicar algunos centros de recolección de firmas, garantizando su ubicación según la densidad electoral.
Subrayamos que son todos los 19.465.638 de electores los que tienen derecho a manifestar su voluntad y que por tanto las condiciones deben asegurarles a todos su ejercicio.

8. Exigimos la convocatoria inmediata de elecciones regionales cuya realización, por mandato constitucional, debe producirse este mismo año.

9. Acompañamos, junto a esta demanda política, todas las luchas sociales por los derechos del pueblo, en particular de los sectores más vulnerables. Los venezolanos debemos intensificar nuestras protestas pacíficas en la calle y en cualquier terreno coherente con la ruta democrática en reivindicación de nuestro derecho a una vida digna.

10. Las organizaciones de la sociedad civil trabajan para crear una plataforma común que otorgue direccionalidad a sus luchas en el camino del cambio democrático. Será un espacio con el que confiamos la MUD encuentre fórmulas de consulta, información y articulación. Reconocemos como un gesto positivo que la MUD haya llevado a cabo un proceso de consulta amplio a distintos sectores más allá de los partidos políticos lo que confiamos sea una práctica permanente.


-CIUDADANÍA ACTIVA
-SINERGIA
-EXPRESIÓN LIBRE
-CTV
-UNETE
-FCU-UCV
-APUCV
-COLEGIO DE ENFERMERÍA DEL DISTRITO CAPITAL
-FORO CAMBIO DEMOCRÁTICO
-FUNDAHUMANOS
-MUJERES POR LA LIBERTAD
-MANIFIESTA
-COMUNIDANAS
-GENTE DE PETRÓLEO
-GENTE DEL DEPORTE
-COMPROMISO CIUDADANO
-GRUPO LA COLINA
-CONSORCIO JUSTICIA Y DESARROLLO
-MOVIMIENTO DE EDUCADORES SIMÓN RODRÍGUEZ
-PARLAMENTO EDUCATIVO
-MOVIMIENTO DE EDUCADORES LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA
-REDORGBARUTA
-RADAR DE LOS BARRIOS
-VOLUNTARIOS ABRIENDO CAMINOS
-ARAGUA EN RED
-ARAGUA SIN MIEDO
-REGIÓN INSULAR FUTURO y DESARROLLO
-FRENTE EN DEFENSA DEL NORTE DE CARACAS
-ASAMBLEA DE CIUDADANOS DE LA CANDELARIA
-PROCATIA
-MUJERES UNIDOS POR EL PROGRESO
Por los derechos humanos

domingo, 11 de septiembre de 2016

Venezuela ¿Cuál futuro?, por Carlos Hermoso


Un economista amigo afirmó recientemente que la salida del atolladero que sufre Venezuela la encontraremos en un préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI), la dolarización del precio de la gasolina y otras menudencias helénicas. Jóvenes y viejos parecen ser los más perjudicados en Grecia con las medidas adoptadas a raíz del llamado rescate. Algo similar plantean quienes se asumen como “orientadores de una nueva política económica” para Venezuela.

Hartos del chavismo, estas ideas afianzan la incertidumbre en amplios sectores de la población sobre un futuro de Venezuela en manos de los factores hegemónicos de la oposición. La gran mayoría de venezolanos sin duda alguna pugnan por la salida de Maduro. Pero buena parte no guarda buenas opiniones sobre quienes se presentan como alternativa. Y es que estas ideas no crean confianza en la gente. En cualquier caso, en las actuales condiciones resulta un reto difícil la asunción de la dirección política del país, para cualquier opción opositora.

Ciertamente la crisis es profunda. Afecta todos los órdenes. La economía está devastada. Pero hay quienes apuestan a que el chavismo culmine su período, con o sin Maduro, precisamente por tratarse de una crisis tan grave. Parten de la consideración de que es indefectible aplicar medidas que afectarán a la gente, por lo que se deberá aplicar la represión. El régimen, en ese sentido, está mejor preparado para enfrentar la cada vez más generalizada respuesta popular ante el desastre. Se parte de la premisa de que los ajustes, siempre, en cualquier caso, afectarán a los más necesitados. Le temen pues a la respuesta popular. Pero, para nada, ofrecen un camino distinto para la superación de la crisis. Insisten, religiosamente, en que la gente deberá apretarse el cinturón, sin percatarse que ya la correa no da más.

El fatalismo en la materia, además, cuenta con tarifados que plantean una salida “consensuada”. Otros plantean al Gobierno “rectificaciones” en varias materias. Tesis que han sido propagadas por sectores aparentemente opositores aunque en realidad son agentes gubernamentales. En el mejor de los casos se trata de gente que ha perdido la voluntad política en favor de los pobres y el interés nacional. Que han sucumbido frente a la prepotencia chavista. Parece que el miedo los hace rehuir a la confrontación social, a desoír el clamor de la gente y su disposición a la lucha. O han aprendido a adaptarse, será.

En conjunto, estas consideraciones pudiesen explicar la tendencia política de factores opositores que no trabajan por una salida rápida., ni por una estrategia política que coloque en el descontento de las masas el centro de la estrategia, que ubique que el objetivo estratégico en las actuales circunstancias debe ser la salida de Maduro. Es más, aún hay tiempo para que el referendo revocatorio (RR) sea una realidad, para lo cual las masas deben ser las protagonistas del proceso. A eso muchos factores parecen temerle. Se prefiere la negociación. Algunos afirman que se trata de cambiar, cual moneda de libre circulación, RR por elecciones regionales. Todos, los de arriba, claro, salen ganando.

Sumemos que —por tratarse de una crisis que afecta las bases del sistema— los factores políticos que defienden las imperantes relaciones de producción y de cambio jerarquizan por salvar sus bases. Más se preocupan por impedir que la sociedad venezolana se encamine hacia un cambio histórico que marque el inicio del desarrollo diversificado y autónomo. Buscan, sí, preservar lo esencial de las relaciones imperantes —las de dependencia y sumisión frente a las grandes potencias—, así como la naturaleza de los nexos con el capital internacional. De allí parten las tesis y dogmas que permitirían la supervivencia, pero sobre las mismas bases que imperan actualmente.

¿Qué “modelo” fracasó?

Quienes indicamos —economistas, periodistas, políticos, entre otros, mucha gente en capacidad de difundir ideas desde esta perspectiva— parten de que lo que está en evidencia es el fracaso de un modelo. A renglón seguido, pasan a describir lo que a su juicio es esencial del tal modelo. Resaltan los asuntos de la propiedad, de las expropiaciones y la estatificación. Ideas que nada guardan relación con lo esencial, aunque estos asuntos ciertamente juegan un papel en el proceso erosivo que ha sufrido Venezuela. Por ejemplo, la estatificación y las expropiaciones, evidencia empírica adelante, contribuyeron con el proceso destructivo del aparato productivo. Pero no observan para nada lo esencial, esto es: la erosión se afincó principalmente en la escala de las importaciones de bienes que sustituyeron buena parte de la producción nativa. En este proceso, expropiar empresas y tierras para hacerlas improductivas, en diversa medida, contribuyó con el proceso destructivo.

Por eso resulta difícil ubicar un discurso coherente sobre el cuestionamiento al “modelo” imperante. En primer lugar porque nada tiene que ver el argumento con la realidad. Nada tiene que ver, por ejemplo, la política económica con medidas socialistas. Los controles aplicados en Venezuela no conducen, por ejemplo, al desarrollo. A los países socialistas se les criticó —con razón o sin ella— de tendencias autárquicas, no por su liberalización con el sector externo. La determinación del tipo de cambio para nada favorecía a los importadores, sino a la propendía a la utilización de las divisas en función de importar medios de producción o rubros no sustituibles en un plazo determinado, entre otros aspectos. De allí que se reduce el cuestionamiento a ideas que parecen dogmas, mentiras e ideología anticomunista.

Por eso nada dicen los economistas acerca de la liberalización con el sector externo de la economía. Nada dicen de los efectos perversos de la incorporación de Venezuela al Mercosur, de las relaciones liberales con China, entre otros ejemplos. Del artículo 301 de la Carta Magna que iguala el trato a los capitales nacionales y extranjeros. Nada dicen pues, acerca de la condición liberal de la política económica que requirió —era de suponerse— de los controles garantes de la realización de los bienes importados, sobre todo en materia de precios y del tipo de cambio. En definitiva, de una política que garantizó, desde 1989, destruir la economía mientras favorecía al sector importador como siempre ha sido en nuestra historia desde los tiempos de la colonia. Solo que ahora bajo el ropaje socialista.

Por eso, lo fundamental radica en la orientación general de sustituir producción nativa por importaciones cada vez más competitivas. Con ello, además de brindarles mercados a otras economías de las cuales nos hacemos cada vez más dependientes, profundizamos la condición monoproductora, afianzando el papel de Venezuela en la división internacional del trabajo como proveedor de materias primas, petróleo casi exclusivamente, al menos en esta última etapa.

El caso cubano

Desde la perspectiva de los apologetas del orden, este caso resulta emblemático. Más allá de las consideraciones ideológicas la historia de este país, resulta similar referido a la materia que nos ocupa. Espinoso el asunto, si tomamos en cuenta que el anticomunismo de estos tiempos, sobre todo en Venezuela, se escuda en el anticubanismo. Esto es, anticubanismo como antisocialismo, identificando el fracaso de un supuesto modelo al estilo cubano con el socialismo. En realidad, si reducimos la teoría de raigambre ricardiana en favor del capitalismo mundial a una división internacional del trabajo liberalizado y a favor de las economías más desarrolladas, decimos que es acertada la premisa. Nada que ver por cierto con las ideas del Che Guevara sobre la necesidad de diversificar el aparato productivo y sentar las bases de la revolucionarización del desarrollo de las fuerzas productivas materiales. En eso se parece este desastre con el de la economía cubana expresada en el llamado por ellos “período especial”.

Condenaron la economía cubana durante décadas a la especialización en cuatro rubros: azúcar, níquel, cítricos y pescados y mariscos, mientras importaban lo demás del llamado “campo socialista”, bajo la tesis de una tal “división socialista internacional del trabajo”. Ello condujo a la entrada de Cuba en el Consejo de Asistencia Económica Mutua (CAME) en 1972, instancia que condenó a los países del campo revisionista soviético a una mera especialización económica mientras la socialimperialista Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) mantenía el monopolio industrial. Los cubanos van a insistir en esta tesis con la jerarquía dada al turismo a partir del desastre que se produce con el derrumbe de la llamada URSS. Ahora plegada a los españoles y otros capitales, europeos principalmente, Cuba no sienta las bases de la industria sino de la especialización en turismo. Aunque las remesas se convierten en fuente de entrada de divisas superior a cualquier otro sector, incluyendo la “locomotora” de la economía, como designó un economista cubano al sector turístico.

En Venezuela se hizo lo propio, nos especializamos en la producción de petróleo, y con la renta, en buena medida, compramos lo que requeríamos en bienes finales y medios para reproducir lo poco que queda en pie del aparato productivo, a excepción del gran capital que entretanto ha centralizado capitales y medios como nunca. La derivación de esta tendencia es que, al caer los precios del crudo, caemos en desgracia. El apalancamiento de esta política se encuentra en la política económica de raigambre librecambista. Difícil de ser visto este asunto por gente especializada en la economía de marras.

¿Cuál salida?

Los economistas, al anunciar su programa, siempre hacen esa célebre declaración principista según la cual no se debe afectar a los más pobres, por lo que hay que contar con planes focalizados dirigidos a los más vulnerables. Cinismo que evidencia su esencia desde un primer momento. Afectará a los pobres aún más y alertan para que la cosa no llegue a extremos insostenibles.

Quienes deben pagar esta crisis, en el mejor de los casos, siempre de acuerdo a esta idea, son quienes usufructuaron el poder y destruyeron el futuro de los venezolanos. Para nada aluden a los grandes dueños de los medios de producción y de la gran banca. Parece ser, según esta perspectiva, que quienes administran los negocios de las clases dominantes son quienes deben de pagar la crisis, junto a los pobres y sectores medios, claro está. En esta oportunidad, si bien es cierto que estos administradores han trasegado riquezas inconmensurables a la oligarquía, se han quedado con una buena parte del botín, mayor que en etapas anteriores. En eso también han superado a los bipartidistas quienes también hicieron lo propio, pero —al decir de un alto dirigente de uno de los dos partidos hegemónicos— ellos “eran unos robagallinas” en comparación con el actual asalto a las arcas nacionales.

De manera religiosa se repite uno u otro dogma. Entre los más reiterados están: “hay que desmontar los controles”, “unificar el tipo de cambio”, “solicitar préstamo entre 40 y 50 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional”; “cumplir con un programa de ajustes, exigidos por los acreedores, que será muy severo dados los desequilibrios”, “dolarización del precio de la gasolina y de sus derivados”. Y, sobre todo, ¡crear confianza! a los inversionistas. Claro, sin olvidar las consabidas “muestras de misericordia” con los más vulnerables. Este programa permitiría alcanzar los objetivos principales: superar los desequilibrios y distorsiones macroeconómicas, bajar inflación, reducir déficit fiscal, sincerar y unificar el tipo de cambio, entre otros. A partir de lo cual se alcanzaría la senda del crecimiento. Catecismo que no establece mayores diferencias entre crecimiento y desarrollo.

Junto a esto, según la receta, se deben crear las bases para la seguridad jurídica para crear confianza, sin “percatarse” de que ya eso existe en leyes como las del doble tributo, de protección y promoción de inversiones extranjeras, además de los consabidos artículos constitucionales. Los economistas que así plantean las cosas, no ubican que los capitales se mueven con base en el comportamiento de la cuota media de la ganancia y no por la fe.

Además de otras determinaciones como dimensión del mercado, estabilidad política, precio de la fuerza de trabajo, flexibilizaciones en materia laboral, entre otras y articuladas a lo anterior. Sumemos aquello del papel de Venezuela en la orquestación internacional una de cuyas especializaciones, si así puede llamarse, es la de ser comprador neto de bienes finales y no de productor. Con petróleo es como suficiente.

Muy poco dicen estas ideas programáticas, si así se pueden llamar, acerca del desarrollo diversificado. Menos de independencia y soberanía económica, lo que incluye el aspecto agroalimentario. Por eso no se establecen mayores consideraciones acerca de la política bancaria, fiscal y monetaria, salvo que serán de orientación restrictiva. En definitiva, se apuesta apenas a la inversión extranjera, al préstamo internacional, más específicamente del FMI, y al consiguiente paquete de ajustes. ¡Claro, no nos olvidemos de la atención de los menos favorecidos!

Las leyes del capitalismo son, como en toda ciencia, inexorables. Son objetivas. Esto es, son independientes de la voluntad de algún avisado. Por ejemplo, en la determinación del precio de las mercancías —y en el capitalismo todo tiende a ser mercancía—, la oferta y la demanda conducen a vaivenes temporales en torno del valor. Pero es la determinación del trabajo objetivado en cada mercancía lo que a la postre determinará su precio. Ello explica, en estos tiempos, la solidez del oro y el bitcoin, principal moneda virtual, como reservas por antonomasia de los capitales a escala mundial. Difícil ubicar su precio por debajo del valor. De suceder el fenómeno, tiende tercamente a ubicarse en torno de su valor. Igual sucede con las mercancías en nuestro país. Aún las importadas tienden a colocarse en torno de su valor.

Por el problema de la escasez, la especulación coloca el precio de muchos rubros muy por encima de su valor. Lo que explica que muchos productos ya se ubican hasta en el triple de lo que cuestan en Estados Unidos. Tal es el caso del azúcar que en el mercado criollo se ubica rampantemente en 3.500 bolívares un kilogramo, es decir, 3,5 dólares del paralelo, mientras que en el mercado yanqui se ubica en un dólar. Igual sucede con las inversiones. Se mueven con base en tendencias objetivas. No en la fe. Ello explica que en la época de Nixon —a propósito del famoso ping-pong entre chinos y gringos— comenzó una afluencia de capitales hacia el gran país asiático. La violación de los derechos humanos, denunciada por EEUU, parece no haber frenado para nada los capitales de todo el mundo imperialista, atraídos en realidad por las ventajas que brindaban los “comunistas”. Ninguna desconfianza tuvieron los capitales hacia el “comunismo” chino, atraídos por la baratura, abundancia y disciplina de la fuerza de trabajo de los asiáticos, y las facilidades para la explotación de los trabajadores, así como un gran mercado interno, materias primas baratas, entre otras determinaciones de una cuota de ganancia superior a la propia en los países desarrollados. Sin embargo, nuestros economistas siguen repitiendo la cantaleta de la confianza y la desconfianza.

En cualquier caso, la superación de la crisis supone la afectación de un sector u otro. Quienes proponen que sea el pueblo el que siga abriendo huecos en sus correas, proponen medidas drásticas, partiendo de una idea propia de cualquier religión. Se basan en el ejemplo de EEUU cuando producto de la crisis de 2008: “La inyección de dólares por parte de las autoridades financieras gubernamentales de Estados Unidos durante 2007 al 2010 fue de 5,04 billones de dólares —trillones en anglosajón—, esta inyección es equivalente a 35% del PIB”. Deuda que por supuesto es descargada en la gente mediante políticas tributarias e impositivas que han reflotado la banca. Hoy, se anuncia en ese país una crisis de mayores proporciones que la de entonces. Partimos de consideraciones generales en relación con el origen de esta catástrofe nacional. La hemos simplificado de manera didáctica de tal suerte que podamos distinguir las cuestiones fundamentales, partiendo de la sentencia que acuñara Lenin según la cual: “cuando expulsan de la ciencia las leyes, lo que en realidad hacen es introducir de contrabando las leyes de la religión”.

El desarrollo nacional solo puede darse sí y solo sí se formula y realiza una política económica que apuntale el proceso de concentración de capitales y, a la vez, atienda las aspiraciones nacionales y populares. De lo contrario tendremos más de lo mismo pero bajo la conducción de nuevas figuras. Incluso alguna nueva forma de dominación —manteniendo las cuestiones esenciales del dominio semicolonial— conducirá a Venezuela a una situación tan o más insostenible que la que vivimos actualmente, más cuando asumirían el Gobierno sin haber cohesionado las fuerzas represivas del Estado.

Esa es la historia del antidesarrollo venezolano como lo denominara en su oportunidad Héctor Malavé Mata. En realidad, freno al desarrollo de las fuerzas productivas por las condiciones de dependencia del capital internacional.

Salir de la crisis ciertamente supone un gran acuerdo nacional, cuya formulación e ideas centrales para superar la crisis deben contar con la premisa insoslayable de que el costo que la meta supone no será descargado en los más pobres de la sociedad. A cambio del cual se garantizará una acelerada concentración de capitales con la palanca de un sistema bancario capaz de canalizar el ahorro social hacia la inversión productiva. Además de garantizar el mercado interno para la producción nacional que parte de que los salarios se desarrollen en correspondencia con la creciente oferta de bienes y servicios. Pero de igual manera, implica que Venezuela suprima acuerdos que lesionan el interés nacional.

El rescate del signo monetario pasa por la recuperación del aparato productivo. De su desarrollo autónomo y soberano. Fortalecer el bolívar supone darle respaldo con base en la producción nacional y del abovedamiento de buena parte de las cuantiosas riquezas auríferas, sobre todo en tiempos en los cuales la lucha mundial entre las grandes economías imperialistas por su tenencia ha alcanzado una escala en correspondencia con la guerra de divisas para convertirse una u otra en referencia mundial. Asimismo, las materias primas en las que se convierten buena parte de nuestras riquezas como coltán, bauxita, hierro, entre muchas otras, deben servir principalmente al desarrollo diversificado de nuestro aparato productivo. Electrificación, industria pesada, liviana y ligera desarrolladas de manera armoniosa hacia la revolución industrial con sentido nacional y popular.

Contrario a ofertas lesivas al interés popular y nacional, es en este camino en el que la recuperación económica y social podrá ser tan acelerada que en un futuro cercano podremos hablar del ¡milagro venezolano!


Carlos Hermoso
Secretario General (adj) de
Bandera Roja
Dr. en Ciencias Sociales
Profesor UCV
Economista



Publicado en Efecto Cocuyo

domingo, 4 de septiembre de 2016

A dos manos: comentarios sobre la Toma de Caracas del 1 de septiembre,por Hisvet Fernández y René Cedillo

Hay muchos elementos para analizar acerca de la “Toma de Caracas” convocada por la MUD como figura más visible de la oposición venezolana y a la cual nos sumamos más de 1 millón de personas.
Hay tres momentos importantes de esta gran movilización del 1 de septiembre que sirven para resaltar lo que realmente quedó demostrado, ante la mirada de cualquiera con una mínima ética y agudeza política. Las siguientes son observaciones estrictamente políticas y están escritas con el objetivo de aportar elementos para los escenarios por venir en la lucha de la sociedad venezolana para salir de este régimen dictatorial,  autoritario, opresor, demagógico, populista y, en resumen, representante del fascismo del siglo XXI. Un régimen que devino en la más grande estafa a las esperanzas de un pueblo que le hipotecó su apoyo creyendo en su fraseología de “izquierda” y su supuesta “revolución”, con la que ofreció superar la situación que le precedió y reivindicar los derechos de los sectores populares de siempre.
Hoy ese mismo pueblo sabe y vive la más abarcante y profunda crisis jamás vivida y ya tiene conciencia que resultó peor el remedio que la enfermedad. Pero aún se aspira superar la enfermedad de raíz, cambiar de verdad y reconstruir el país. Por eso se sigue apostando al cambio, pero no a cualquier cambio, se aspira al cambio del régimen político instaurado en 1998.
¿Por qué se convoca esta manifestación? 
La reconocida representación de la oposición denominada MUD es una coalición de diferentes fuerzas partidistas que tienen incluso diferentes matices ideológicos. Ha pasado por diferentes procesos en su dinámica constitutiva y ha resultado hoy en una coalición en la que 4 partidos la hegemonizan,  dejando al resto de las organizaciones partidistas y a las organizaciones sociales y de base casi que sin poder de decisión. Casi porque no se descarta la autonomía de acción de las organizaciones.
Pretender dirigir a la sociedad venezolana en estos momentos pasa por ubicarse en la tendencia correcta y representar las aspiraciones de las mayorías que están fuera de la influencia directa de estos 4 partidos. Pasa también por saber reconocer los intereses de la sociedad venezolana y llevarle el pulso a la situación, identificándose plenamente con los intereses de las mayorías y la justeza de sus aspiraciones y derechos. Pasa por representar a una diversidad humana que coincide en salir del régimen, que no solo quiere salir de un Gobierno particular. Esa mayoría sigue queriendo y necesitando superar un sistema que no le permite vivir con dignidad.
Representar o ser dirección de esa heterogeneidad obliga a un tipo de dirección con una UNIDAD que es SUPERIOR a la articulación de unas siglas partidistas. Supera incluso a la MUD y a lo que representa en esencia. Esa heterogeneidad es todo el pueblo venezolano en su diversidad.
La crisis que se está viviendo, la violación sistemática de los derechos, la inseguridad, la violencia, el hambre, la precaria salud, la represión, la corrupción, el cinismo, tienen a la sociedad venezolana en punto de ebullición. LA SOCIEDAD CLAMA POR UNA SALIDA URGENTE DE ESTA SITUACIÓN. La gente quiere actuar para salir del régimen y no solo de un mal Gobierno.
Convocar a una manifestación como del 1 de septiembre, para demostrar la voluntad por el cambio de manera pública y hacer valer el derecho al revocatorio este año 2016, era una necesidad urgente. No hacerlo hubiera arriesgado que la ciudadanía pasara por encima de la propia MUD. La diferencia es que la mayoría quiere cambios con protagonismo politico-social y quienes dirigen la MUD se quieren reservar para sí ese protagonismo.
La MUD convoca a la Toma de Caracas tratando de que esa demostración de voluntad de salir del régimen no trascienda el liderazgo de la MUD. Y esto se hace harto difícil ya que l@s convocad@s son una gran diversidad que va más allá de los partidos que la conforman. En definitiva, la gente, la sociedad y sus intereses, empujaron a la MUD a hacer esa convocatoria, pero obviamente la MUD no se planteó los mismos objetivos que una buena cantidad de quienes acudieron a las calles el 1 de septiembre, ya sea en Caracas o en otras ciudades del país. Esto evidencia que la sociedad puede sobrepasar a quienes pretenden ejercer liderazgos si no se colocan a la altura de los intereses de las mayorías.
¿Por qué hay sectores insatisfechos con el desenlace de la Toma de Caracas?
Las indicaciones finales de retirarnos y cerolear a las 8 pm” generaron desconcierto y frustración en muchas de las personas asistentes, que en su mayoría esperaban mayor contundencia en el cierre de la protesta, o por lo menos un discurso más combativo, que denunciara las actuaciones del régimen en sus 17 años, que son la razón del revocatorio y denunciar las actuaciones represivas y los obstáculos puestos antes y durante la Toma de Caracas. Ha podido la MUD, por ejemplo, convocar a un plantón en todo el país por más horas en rechazo a las detenciones realizadas contra dirigentes políticos días antes de la gran manifestación y exigiendo su libertad inmediata. Un plantón pacífico pero irreverente. Ha podido la MUD plantear que se hace necesario una serie de medidas de emergencia que atiendan la crisis que vive el país y exigir, por ejemplo, aumento general de sueldos y salarios, presupuesto para la salud y la educación. Un discurso que expresara que queremos el revocatorio en el 2016 para salir del Gobierno de Maduro en su totalidad y por qué no aceptaremos que se corra de fecha. Ha debido la MUD decir cómo haremos valer nuestra mayoría inocultable para salir del régimen, democrática y electoralmente, lo antes posible mediante el revocatorio en el año 2016 .
La manifestación del 1 de septiembre no solo fue una clara expresión de la voluntad mayoritaria de salir del Presidente, sino del régimen. Cuidado si este deseo, este interés de las mayorías de superar al régimen, también sobrepasa a muchos sectores dentro de la MUD. Ante ello, percibimos que esta coalición buscó ahogar ese deseo y doblegarlo, al ejercer un liderazgo directivo que colocara limites que no permitan exceder esa línea. Por ello, el horario a una de las más grandes manifestaciones populares de los últimos tiempos. Por eso, se dijo que quien osara rebelarse a esa imposición anti democrática sería catalogado de infiltrado. Eso generó mucha molestia, en especial en LA JUVENTUD, que decidió tomar la autopista del Francisco Fajardo en una clara demostración (al régimen y a las 4 siglas) que están en disposición de luchar en las calles contra este régimen oprobioso y por el cambio político. ¿Será que la población está más clara en sus objetivos que quienes pretenden dirigirla?. Expresiones como “que somos mayoría ya lo sabe el mundo, pero cómo vamos a utilizar esa mayoría es lo que debimos demostrar”, fueron una constante. La gente esperaba un Plan de Luchas y apertura a la participación de otros sectores políticos y sociales. Esperaba una línea política como el impulso de las asambleas ciudadanas (no foros donde hablan los dirigentes nacionales, sino las asambleas donde la gente de base y sus liderazgos hable y debata sobre la situación nacional y planifique acciones), por ejemplo, que canalice y organice esa aspiración de cambio. En fin un plan de acciones contundentes y sostenidas.
De allí la decepción de tanta gente y el malestar con la dirigencia de la MUD. Eso no significa su negación, pero si es un llamado a que ésta reconozca que la oposición venezolana es mucho más que ella misma y por tanto a que se abra a trabajar desde una NUEVA UNIDAD NACIONAL
¿Cuál es la agenda ahora?
Evidentemente que hay que construir YA una NUEVA UNIDAD, eso es una necesidad que quedó demostrada esta 1S. Unidad desde la base, construida participativa y democráticamente mediante Asambleas Ciudadanas por todo el país. También se evidenció la necesidad de una Dirección Política que tenga una estrategia y una táctica multipropósito, que combine la lucha social y reivindicativa con la lucha por el cambio político. Es clara también la necesidad de construir un Nuevo Poder más democrático y popular desde el mismo proceso de lucha por el cambio, que entre en contradicción con esa manera de ejercer el poder donde quienes son elect@s se toman el poder como suyo y deciden por las demás  personas de manera arbitraria, e incluso se autoeligen como representantes sin serlo.
O abrimos las compuertas para conformar una oposición amplia, diversa, basada en el debate real para la toma de decisiones, que se articula en UNIDAD para conducir al país hacia mejores derroteros o podemos explotar anárquicamente. Y esto beneficiaría a quienes están hoy en el poder y a quienes quieren conservarlo tal como está, pero en otras manos.
O demostramos la capacidad de ejercer el poder de otra manera y el compromiso con una democracia más profunda y verdadera o nadie creerá que los sectores opositores pujan por el cambio verdadero y profundo. Hay que ofrecer un Proyecto de Reconstrucción Nacional que permita y oferte cambios de profundidad en lo  económico, lo político y lo social que superen la debacle sin castigar a las mayorías, para que haya de nuevo una esperanza por la cual luchar con certeza, sin dudas y en confianza.
René Cedillo, dirigente de Bandera Roja @ReneCedilloR
Hisvet Fernández, Profesora universitaria y Psicóloga Social @HisvetF
4/09/16

martes, 26 de enero de 2016

Yo te nombro, libertad

Por el pájaro enjaulado,
por el pez en la pecera,
por mi amigo que está preso
porque ha dicho lo que piensa.
Por las flores arrancadas,
por la hierba pisoteada,
por los arboles podados,
por los cuerpos torturados,
yo te nombro libertad.





Por los dientes apretados,
por la rabia contenida,
por el nudo en la garganta,
por las bocas que no cantan.
Por el beso clandestino,
por el verso censurado,
por los miles exiliados,
por los nombres prohibidos,
yo te nombro libertad.
Te nombro en nombre de todos,
por tu nombre verdadero,
te nombro cuando oscurece,
cundo nadie me ve.
Escribo tu nombre en las paredes de mi ciudad,
tu nombre verdadero,
tu nombre y otros nombres,
que no nombro por temor.
Por la idea perseguida,
por los golpes recibidos,
por aquel que no resiste,
por aquellos que se esconden.
Por el miedo que te tienen,
por tus pasos que vigilan,
por la forma en que te atacan,
por los hijos que te matan,
yo te nombro libertad.
Por las tierras invadidas,
por los pueblos conquistados,
por la gente sometida,
por los hombres explotados.

Por los muertos en la hoguera,
por el justo ajusticiado,
por el héroe asesinado,
por los fuegos apagados,
yo te nombro libertad.

Paul Eluard.

jueves, 14 de enero de 2016

Que les vaya bien


Bandera Roja es un partido comunista, que tiene una herramienta de análisis: el marxismo-leninismo. Esta se convierte en una guía para la acción. Bandera Roja tiene como objetivo hacer la revolución. El carácter de esa revolución es socialista. Pero no se queda ahí. Va más allá. Concibe al Socialismo como una etapa de transición hacia el comunismo en el mundo, donde no haya clases sociales, ni estado, ni explotación del hombre por el hombre. Busca Bandera Roja construir una sociedad de "productores libres asociados", como planteó Marx en el Manifiesto Comunista. Bandera Roja se ha propuesto desde su fundación construir un nuevo poder, que es distinto a "tomar el poder". Por eso rechazamos la tesis de la fracción (convertida hoy en agente del revisionismo chavista) que habla de tomar "cuotas de poder" para "paulatinamente" tomar el poder. Esa concepción, a todas luces errónea desde el punto de vista marxista, ha estado enquistándose en BR, en algunos cuadros y militantes. En unos más rápido que otros. Pero en el fondo esa concepción es la forma como la ideología burguesa penetra organizaciones como la nuestra.

‎Voy a corregirme. Lo de las cuotas de poder no es la única forma como penetra la ideología burguesa en nuestra organización. Existen otras formas y tienen que ver con valores, con principios. Porque BR es también una cultura, una forma de vida, una ética. Ningún partido en este país puede mostrar un comportamiento como el que ha tenido BR en 45 años de existencia. NINGUNO. Porque mientras hay partidos que son visto como de "izquierda" pero que niegan ser revolucionarios, niegan el socialismo, pero se disfrazan de tales, se hacen llamar "radicales", mientras reproducen las formas de dominación de esta sociedad injusta e inhumana, mientras difunden valores del "cuanto hay para eso", mientras mercenarizan y mercantilizan la política, Bandera Roja se ha mantenido y se mantiene incólume en sus principios. Por eso es que la atacan, por su coherencia. Por eso es que han asesinado a cuadros y militantes que comprendieron que ser comunistas, ser marxistas, ser de Bandera Roja no es un juego. Significa comprender la necesidad de la transformación por encima de su propia comodidad, de sus propios intereses y de su propia vida. 

‎Hay militantes que han recibido ofrecimientos de este régimen, del chavismo. También han recibido ofrecimientos de "opositores", para que se alejen de BR, para que se aparten de sus filas. Este gobierno me ha ofrecido cargos, plata, prebendas. También me lo han ofrecido empresarios, burgueses. Y todos los he rechazado. Porque me mantengo firme en mis principios. Firme en el sueño de una transformación real y de fondo de mi país y el mundo. También me han ofrecido ser agente de un gobierno extranjero, que también se disfrazó de revolucionario. Hablo del gobierno cubano. Dólares, viajes, comodidades ofrecieron. También lo rechacé. Y eso me hace sentir muy bien. Porque mis dos hijas tienen en mi un ejemplo de coherencia y rectitud. Es mi mejor legado para ellas. 

‎Hay otros camaradas que han soportado torturas. Muchos de ellos aun se mantienen en BR. No delataron, no dijeron nada. No renegaron de su posición política. Esos hombres y esas mujeres son imprescindibles, porque a pesar del sufrimiento del que fueron víctimas, se mantienen firmes al lado de la revolución socialista y de Bandera Roja. Esa es la ética que reivindico. La que mostraron los camaradas caídos en Cantaura. La que mostraron los sobrevivientes de esa masacre cuando le perdonaron la vida a soldados que poco antes habían disparado contra ellos y habían asesinado a sus compañeros del FAS.

‎Estar en BR es un acto voluntario. Salirse de BR también. Quien se va, se lleva mucho, más de lo que cree. Se lleva una ética y una cultura que ha hecho historia en Venezuela. Pero también debilita a la única organización que honestamente quiere transformar esta sociedad. Y eso fortalece a la burguesía, a esa clase social que se disfraza de muchas formas: de radicales, de socialistas, de revolucionarios, de gente de cambio y de otras cosas más para reproducir el capitalismo. En algunos casos quienes se van se convierten en enemigos de la revolución. En otros esperan oportunistamente que se "ponga de moda" la revolución. Los más, medran del sistema, se acomodan, se embarran en el lodo de la ignominia, de la dominación, en eso que llaman "cuotas de poder". Otros se apartan para dedicarse a sus vidas, ser "normales". A todos ellos que les vaya bien. Seguramente los veremos cerca cuando el pueblo tome venganza dando bienestar a todos, o cuando la revolución esté a la vuelta de la esquina. Y los recibiremos, con los brazos abiertos lo haremos. Pero no olvidaremos. Nunca olvidaremos. Perdonaremos, más no olvidaremos.

René Cedillo Rojas
revolucionario
militante de Bandera Roja
miembro del CPN y del CPR Caracas
ex Secretario General de BR Lara
ex diputado ante el Consejo Legislativo del Estado Lara
ex dirigente estudiantil de la UCV

agosto 2015

sábado, 9 de enero de 2016

Bandera Roja promueve el referéndum revocatorio


La militancia de Bandera Roja promoviendo el
referéndum en la Plaza Brión de Chacaíto 
Militantes del partido Bandera Roja se congregaron en la Plaza Brión de Chacaíto para promover el referéndum revocatorio. Dirigentes y militantes de Caracas, Miranda y Vargas repartieron volantes donde llaman a organizar el revocatorio y gritaron consignas antigubernamentales. Entre ellas destacaron: ¡Ni un bigote más! ¡Ni un cabello más! , en clara alusión al presidente Maduro y al diputado Diosdado Cabello, ex presidente de la AN. 

Alcides Bracho, Secretario General de Bandera Roja Caracas, expresó que los venezolanos hablaron bien claro el 6D y anhelan un cambio real y profundo. “Ya dio un primer paso al desplazar de la AN el autoritarismo del PSUV, Diosdado Cabello y su mazo. Ahora esa mayoría en la AN tiene un claro mandato: impulsar y promover la salida del régimen, que ya da muestras de que está en fase terminal”, dijo el dirigente. 

Mientras los dirigentes declaraban y dirigían discursos a los transeúntes, éstos tomaban con interés los volantes y algunos se detenían a conversar con los militantes de Bandera Roja. Expresaban su apoyo al revocatorio y decían que la crisis es responsabilidad de Maduro y su gobierno.

En abril del presente año se podría activar el revocatorio. Para la dirigencia de este partido es la opción que menos trauma puede conllevar a la colectividad nacional, expresó la profesora Scarlet Mujica, dirigente de Bandera Roja en el estado Vargas: “El revocatorio tiene la virtud de poder ser convocado con los dos tercios del parlamento ya garantizados, y además pueden establecerse las normas que habrán de regirlo y estructurar la pregunta con la que se consultará a los venezolanos”

En la actividad también participaron dirigentes estudiantiles pertenecientes a la Unión de Jóvenes Revolucionarios, juventud del Partido Bandera Roja. Abzara Gómez, Sub Secretaria General Nacional de esta organización juvenil y dirigente estudiantil del Pedagógico de Caracas expresó: “Así como el mundo se libró del bigote hitleriano en 1945, Venezuela se librará del bigote despótico de Nicolás Maduro este mismo año, de eso estamos convencidos. Y lo hará de forma democrática, pacífica y constitucional impulsando con entusiasmo el revocatorio establecido en nuestra Carta Magna. Que no venga el gobierno a decir que estamos en planes golpistas.”

Por su parte, Ricardo Pérez, dirigente sindical en los Altos Mirandinos y miembro del Comité Político Regional de BR Miranda, se refirió a la unidad necesaria para lograr e impulsar el cambio. “Urge una amplia y diversa Unidad Nacional que consolide una base social para adelantar los cambios de que urge nuestro país. El régimen despótico requiere de un sepulturero histórico que tenga visión de futuro para construir un país de bienestar, de progreso, de desarrollo, verdaderamente soberano e independiente.”

A continuación un video donde se puede apreciar parte de los planteamientos de los militantes de Bandera Roja: